
Dra. Brenda Ríos Fuentes
Departamento de Ingeniería Agroindustrial
División de Ciencias de la Salud e Ingenierías
Campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato
México se posiciona en el 6to lugar a nivel mundial como productor de brócoli, siendo el estado de Guanajuato el responsable de procesar más del 60% de la producción nacional. Sin embargo, más del 40% de este brócoli se desperdicia a lo largo de la cadena de procesamiento, desde la sección agrícola, hasta su consumo. Actualmente los residuos de brócoli que no se procesan a nivel industrial, por cuestiones de color, tamaño, entre otros, son destinados a la alimentación animal, cabe destacar que no se asigna un valor económico a estos residuos, simplemente son regalados a las personas que viven en las comunidades aledañas a la industria. ¿Pero, es entonces relevante estudiar este fenómeno? ¿El ganado realmente puede aprovechar los beneficios que otorga el brócoli? ¿Todo el brócoli que se genera como residuo a nivel industrial puede funcionar como alimento para ganado? Contestemos éstas y algunas otras preguntas.
Es importante subrayar que, aunque los residuos de brócoli no tienen un valor económico, sí tienen un impacto ambiental. Aunque los insumos empleados para producirlo (agua, agroquímicos, tierra) ya están contabilizados en el brócoli comercializado, estos residuos siguen generando una huella ambiental y podrían tener un valor económico. Es aquí donde entra en juego la pirámide de residuos: la prevención del desperdicio es clave, seguida de la reincorporación de alimentos al consumo humano. En este contexto, el proyecto buscó reincorporar los residuos de brócoli, un producto inocuo que ha pasado por procesos industriales de calidad, para transformarlos en harina de brócoli.
El brócoli es una hortaliza que contiene “sulforafano” un compuesto en los últimos años ampliamente estudiado por su capacidad quimiopreventiva, es decir, que puede prevenir distintos tipos de cáncer, estómago, colon, próstata, entre otros, Además de sus propiedades antioxidantes, es rico en fibra y algunos otros compuestos de interés humano. El objetivo del proyecto abordó el convertir los residuos de brócoli, en harina, y a pesar de tener un proceso industrial como es la deshidratación disminuye su huella ambiental. Se encontró que si sólo los residuos de brócoli del estado de Guanajuato se incorporarán en este proceso se disminuiría 21 millones de kg de CO2eq, además que se evitaría el uso de agua equivalente a 7 días de consumo en la CDMX.
Es relevante el estudio de los alimentos que se producen en el campo agrícola puesto que con diversas metodologías se puede evaluar su impacto ambiental y proponer medidas de mitigación e implementar una economía circular.
Fecha de publicación: 4 de octubre de 2024.

